Fin.

Cuando después de tanto tiempo, sientes que no puedes más.
¿Cómo decirlo?

Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.

Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.
Llevo todo el día pensando en lo difícil que se me hace afrontar un día cuando tengo la certeza de que no voy a poder verte, ni tocarte, ni olerte, ni besarte. Me consuelo con sentirte. Salir a la calle y sentir que el aire roza mi cara es estar segura que en algún lugar, tú has pronunciado un "te amo".
Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.
Sé que si lo hago, podrás escucharme. Por eso quiero hacerlo. Quiero llamarte. Quiero que escuches mi voz. Quiero recitarte el poema que he escrito esta tarde para ti, que te duermas escuchándolo.
Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.
Después, te contaré lo que he hecho hoy. Me reiré recordando los momentos más divertidos del día, y sé que tus labios se curvarán, formando la sonrisa más bonita que he visto nunca. Mi vida, eres preciosa.
Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.
Déjame llamarte, después, déjame que te hable de mis sentimientos. De mis miedos. De mis dudas. De mis virtudes. De mis defectos.
Déjame contarte lo que nunca te he contado, déjame prometerte que siempre voy a ser tuya.
Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.
Y después, pronunciaré un "solo te quiero" o quizás te llene los oídos de palabras de amor. Sí, creo que haré lo segundo.
Empezaré a hablarte de Navidades del año pasado. Pasando por el 7Abril, unos cuantos 7's más, y el verano. Seguiré hablándote del instituto, de algunas escapadas en el baño. Cuando acabe con eso, continuaré contándote mis sueños, mis deseos para el 2011.
Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita.
Y antes de que te duermas, voy a hacer que me mires a los ojos. Voy a contar hasta 7 y voy a besarte. Voy a desnudarte y a hacerte el amor, con la mirada. Pero luego, pídeme que te lo haga.
Voy a pronunciar tu nombre en voz bajita...

A la luz de tus piernas.

Sé que la próxima vez que te vea no me aguanto y me como la noche en tu piel, si me dejas.
Si te parece yo pago la cena y brindamos para celebrarlo con copas de amor a la luz de tus piernas.
¿Qué quieres que diga si ya no me entero? Que doy lo que sea por mojarme en ti.
Te vendo mi calma, total, ¿pa qué la quiero?, si sólo se dedica a interrumpir. Te vendo mi calma, no la echaré de menos. No tanto como a ti.
¿Ves? Es tan fácil perder la cabeza. Me conformo con poco que des si te puedo tener otra noche entera.
Sé que la próxima vez que te vea no me aguanto y me como la noche en tu piel si me dejas.

Déjame quererte para siempre.

Deja que te mire, que te observe.
Déjame acercarme a ti.
Déjame olerte.
Déjame acercarme a tus labios, sin besarlos, apenas rozándolos.
Déjame acariciar tu cara.
Deja que mis manos quieran investigar tu cuerpo. Y déjalas que bajen, muy despacito.
Deja que mis ojos se alimenten de los tuyos.
Deja que mi lengua humedezca tus labios.
Deja que tu lengua quiera buscar la mía.
Déjame dejarte a medias.
Déjame leer un "te amo" de tus labios.
Déjame acercarme a tu oído, y acariciarlo con mis labios.
Déjame besar tu cuello, y subir a tu boca, comerte.
Déjame besarte, sin frenos.

Deja que pase el tiempo, mientras tus labios están dentro de mi boca y mis manos no se han cansado de tocarte.
Déjame quitarte la camiseta, lentamente.
Deja que mis manos acaricien tu piel desnuda.
Deja que mis labios recorran el espacio que ya han recorrido mis dedos.
Déjame escribir en tu espalda un 7. Un "te amo". Un "solo te quiero".
Deja que tu piel se funda con la mía.
Deja que tus manos se pierdan por debajo de mi camiseta.
Deja que tus labios busquen también en mi cuello la desesperación.
Deja que desabroche el botón de tu pantalón.
Deja que mis manos enloquezcan con tu piel y que tu piel enloquezca con mis manos.
Deja que mis dedos bajen tus pantalones.
Deja que mis labios sigan besando los tuyos.

Deja que pare aquí.
Déjame callarme, no seguir. Deja que lo siguiente a los besos sea sólo nuestro.
Deja que seamos sólo tú y yo.
Deja que te ame, siempre.

Tiempo.

El destino elige a sus víctimas.
La fortuna casi impide lo inevitable, pero en el último instante la vida renuncia a su derecho a elegir.
Sabemos lo que pasará y no somos capaces de hacer nada. Cada instante ocurre lo mismo; queremos sujetar el presente cuando, de repente, ya se ha convertido en pasado y confiamos en el futuro antes de comprobar que volvemos a ser espectadores de un momento fugaz, que muere y resucita en una danza macabra que acerca el final inevitable del tiempo.
Cada segundo nace y se va sin darnos cuenta, siempre lo mismo.

Sólo necesito...

Una noche. Para dártelo todo. Para decirte cada 7 segundos que te amo. Para no dormir. Para que tu ropa se impregne de mi colonia. Para mandarte un sms y decirte que estás entre mis brazos. Para susurrarte lo que nunca imaginé. Para quitarte la ropa a bocados. Para que mis dientes transpasen tu piel. Para que tu mano se deslice por mi ombligo, mientras tu boca y su aliento chocan en mi cuello. Para morderte el labio y acariciarte con mi lengua. Para hacer el amor contigo, y que entre gemido y gemido te diga que te quiero. Para que cuando me sonrías, tenga que morderme el labio para evitar hacértelo más fuerte. Para que me arranques la piel. Para que con una mirada me digas que me quieres, que la noche va a ser eterna. Para pegarte con la almohada sobre la que luego gritarás de placer. Para detener el tiempo, y hacer que cada segundo dure una eternidad. Para amarte, como nadie jamás sabrá hacerlo. Para contarte lo que pasó un 7 de Abril. Para recordarte el primer beso. Para...
Ni siquiera en una noche puedo demostrarte lo importante que eres para mí.

Gloria Fuertes.

A veces quiero preguntarte cosas,
y me intimidas tú con la mirada,
y retorno al silencio contagiada
del tímido perfume de tus rosas.

A veces quise no soñar contigo,
y cuanto más quería más soñaba,
por tus versos que yo saboreaba,
tú el rico de poemas, yo el mendigo.

Pero yo no adivino lo que invento,
y nunca inventaré lo que adivino
del nombre esclavo de mi pensamiento.

Adivino que no soy tu contento,
que a veces me recuerdas, imagino,
y al írtelo a decir mi voz no siento.

Había estado tanto tiempo soñando contigo, que se me había olvidado lo bonita que eres en la realidad.

La sonrisa de Julia.

Llevo tu voz dentro de mí suena en el aire, ayer la oí aunque tú estés lejos de aquí sigues creciendo en mí jardín.
Sé rescatar toda tu piel, puedo perderme en tus caricias. Dicen que solo es mi imaginación pero yo estoy seguro de ti.
Llevo tu voz dentro de mí. Sí, sí, sí, tu voz.
Llevo tu voz dentro de mí, suena en el aire, ayer la oí, el cielo está lleno de ti ahora amanece y puedo verte sonreír.
Luz de tu ser roza mi piel, posas tus besos sobre mi pecho y dicen que sólo es mi imaginación pero yo estoy seguro de ti.
Llevo tu voz dentro de mí.