Déjame quererte para siempre.

Deja que te mire, que te observe.
Déjame acercarme a ti.
Déjame olerte.
Déjame acercarme a tus labios, sin besarlos, apenas rozándolos.
Déjame acariciar tu cara.
Deja que mis manos quieran investigar tu cuerpo. Y déjalas que bajen, muy despacito.
Deja que mis ojos se alimenten de los tuyos.
Deja que mi lengua humedezca tus labios.
Deja que tu lengua quiera buscar la mía.
Déjame dejarte a medias.
Déjame leer un "te amo" de tus labios.
Déjame acercarme a tu oído, y acariciarlo con mis labios.
Déjame besar tu cuello, y subir a tu boca, comerte.
Déjame besarte, sin frenos.

Deja que pase el tiempo, mientras tus labios están dentro de mi boca y mis manos no se han cansado de tocarte.
Déjame quitarte la camiseta, lentamente.
Deja que mis manos acaricien tu piel desnuda.
Deja que mis labios recorran el espacio que ya han recorrido mis dedos.
Déjame escribir en tu espalda un 7. Un "te amo". Un "solo te quiero".
Deja que tu piel se funda con la mía.
Deja que tus manos se pierdan por debajo de mi camiseta.
Deja que tus labios busquen también en mi cuello la desesperación.
Deja que desabroche el botón de tu pantalón.
Deja que mis manos enloquezcan con tu piel y que tu piel enloquezca con mis manos.
Deja que mis dedos bajen tus pantalones.
Deja que mis labios sigan besando los tuyos.

Deja que pare aquí.
Déjame callarme, no seguir. Deja que lo siguiente a los besos sea sólo nuestro.
Deja que seamos sólo tú y yo.
Deja que te ame, siempre.