
Si hubiera algún botón, no puedo comprender me da pereza. Si hay algún escalón para dar un tropezón voy de cabeza. Tiré la habitación para que vuelva por naturaleza. Hay un televisor en medio del salón no me interesa. Vente a la sombra amor, que yo te espero, que tengo el corazón aquí, con bien, de hielo.
Vente a la sombra, vente amor, que yo te espero que tengo ya el cerezo a flor dentro del cuerpo.
Se me cae la casa desde que se marchó, ahora ya solo espero el derribo y es que perdí la pista del eje del salón y estoy continuamente torcido...
Y ahora sólo pienso en ella, no encuentro razones cuando su recuerdo se me clava entre las cejas, sueño con melones encima de la mesa...
Buscando mi destino viviendo en diferido sin ser, ni oír, ni dar, y a cobro revertido quisiera hablar contigo y así sintonizar...
Sueño que empieza otra canción, vivo en el eco de su voz entretenido. Sigo la estela de su olor que me susurra "¡vámonos! ¡VENTE CONMIGO!"
No hay un desierto, hay un vergel lleno de flores de papel. Pensaba que sería frío el amanecer te equivocabas otra vez, quemaba. Llegó el verano y asoló la primavera y el sol asfixia en tu jardín y se le cae los pajaritos a la higuera que ya no cantan para mí.
Abrí los ojos para ver con el destino me encontré, de cara. Lo tengo todo a medio hacer me preguntaba si tal vez, mañana...
Necesito saber, dime tu nombre de dónde sale el sol y de qué se esconde.
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