
Es posible que sea el momento adecuado para decirte, asegurarte, que en esta vida ya no quiero otros besos, ni otros abrazos, ni otro número de teléfono al que llamar por las noches, ni otra voz a la que hablar. No quiero otros sueños, me gusta lo que sueño. Porque mi vida empezó el día en que te conocí: tú me enseñaste a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario